PRUEBA Y ERROR
En las empresas existen determinadas categorías de gasto
como la electricidad, gas, telefonía, internet, seguros, etc. que tienen la
consideración de gastos estructurales o indirectos debido a que son gastos
fijos que no dependen de la actividad normal de la explotación (productos o
servicios).
La mayoría de empresas no dedican la suficiente atención a
la gestión activa de sus principales costes indirectos, principalmente porque
consideran que los márgenes de ahorro que se pueden conseguir son reducidos y
que los diferentes proveedores existentes ofertan servicios similares tanto en
calidad como en precio.
Existen algunas empresas que cuentan con personal propio
encargado de revisar periódicamente sus gastos generales dedicando en dicha tarea
un recurso clave en las organizaciones: el tiempo.
La optimización de costes generales llevada a cabo
internamente va a ser ineficiente principalmente por dos motivos: falta de
poder de negociación y coste de oportunidad de dedicar ese tiempo a la actividad
principal.
Esto lleva a las empresas a un proceso de prueba y error.
Entendemos que toda empresa tiene que estar asesorada por profesionales con experiencia que conozcan todas las peculiaridades de cada servicio y cada proveedor. Profesionales que se dedican en exclusiva al análisis y estudio de cada oferta comercial con la finalidad de elegir la mejor opción del mercado que propicie un servicio de calidad óptimo a las necesidades de la empresa a un coste razonable.
DHAIS, GESTIÓN DE COSTES